El Uniforme

Llegó la hora de hablar del uniforme, en tiempos en que está siendo desacreditado. 

De más está decir la practicidad del uniforme. No solo no hay que pensar todos los días que te vas a poner, sino que, además, te hace cuidar la otra ropa, mucho más cara, reservándola para los fines de semana. Pero estas razones, muy prácticas, no son el principal motivo para usarlo. 

El uniforme tiene un fin educativo: la función primordial del educador es rescatar la originalidad de cada alumno. Hacerle ver lo propio, al margen de lo valioso de los demás. Y el uniforme obliga a destacar por lo de adentro, ya que de afuera están todos iguales. De ahí la importancia de la exigencia de su cumplimiento. 

También, en la experiencia humana, lo de afuera, siempre predispone para lo de adentro. Si voy a una fiesta, me visto de un modo especial, si voy a un casamiento, de otra manera, si hago deporte, de otra. Lo de afuera, refleja la preparación para lo que voy a hacer. 

Nosotros íbamos de camisa, corbata y saco al colegio. Con el tiempo se va simplificando y hoy, en la mayoría de los colegios privados, los chicos van de pantalón de vestir y chomba. Pero se empieza a observar en muchos colegios, que concurren únicamente con el uniforme de educación física… y esto, a mi juicio, no está bueno. Simplemente por la predisposición. No está bueno que me ponga la misma ropa para estudiar y aprender, que para hacer deporte. Repito: como me predispongo por afuera, me mentaliza por dentro a lo que voy a hacer. 

Incluso en la escuela pública, el guardapolvo blanco, marca una diferencia con lo de todos los días e iguala por fuera, para destacar por dentro. Podemos observar en las escuelas, que los chicos se sacan el guardapolvo para hacer Educación Física, y se lo vuelven a colocar al entrar al aula para aprender. Marcan la diferencia entre esos dos momentos. Ambos buenos y necesarios, pero claramente diferentes. 

Lo práctico, no siempre es amigo de lo mejor, ni de lo ideal. Todo forma, todo educa. Saber vestirse apropiadamente para cada circunstancia, también lo hace. 

Julio Bernaldo de Quirós